jade
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Esta noche es bruja, noche de difuntos, de «nit d´ànimes» o Samhain. Para los celtas era el año nuevo, el tiempo de las últimas cosechas y de los nuevos comienzos. El 31 de octubre las puertas entre nuestro mundo y el de los espíritus se abrían de par en par. Finalizaba una etapa y se iniciaba la época de la oscuridad donde las sombras ganaban terreno a la luz diurna para dar paso al invierno hasta la llegada de la primavera.
También es la noche donde se pasea Hécate, la guardiana de las encrucijadas; «la señora de las sombras, de la magia y de los hechizos»; la diosa triformis que en palabras de Maurus Servius representaba el pasado, el presente y el futuro; la diosa lunar que en algunas esculturas sostenía en sus manos una antorcha, una serpiente y una llave. La misma que en escritos esotéricos es descrita con tres cabezas: perro, serpiente y caballo. La múltiple y misteriosa Hécate venerada en la antigua Tracia, en Lagina, y posteriormente en la Grecia clásica.
¿Por qué se recuerda hoy a Hécate? Porque es la guía nocturna que camina entre los mundos. Según fuentes arcaicas, benefactora y compañera en el nacimiento y en la muerte. «Hécate se revela como una divinidad vinculada a la regeneración, en estrecha relación con Deméter y Perséfone, pero también con Hermes, Artemis y Apolo.»
Esta noche también acontece un fenómeno astronómico que se llama luna azul, es decir, coinciden dos lunas llenas en el mismo mes. Por eso este octubre el influjo de la diva a la deriva se multiplica, intensificando su magia. Si te gusta hacer rituales o ceremonias en luna llena, esta noche es una oportunidad ideal para honrar a tus seres difuntos al mismo tiempo que invocas a Hécate, a la luna… o a quién consideres para tu trabajo mágico.
Desde una mirada astrológica esta luna azul acontece en el signo de Tauro. ¿Y esto qué quiere decir? A grandes pinceladas significa que algunas características de este signo se ponen de relieve bajo esta luz de luna: el espíritu práctico, la necesidad de estabilidad, la determinación, la voluntad, el goce, la calma…
Además, el elemento tierra que corresponde a Tauro nos invita a conectar con nuestras raíces, reales y metafóricas: ¿Qué me sostiene a nivel físico, material? ¿Quiénes forman parte de mi red de relaciones ancestrales? ¿Qué quiero manifestar en el plano terreno? ¿Qué me da seguridad para desarrollar mis dones? ¿Cómo puedo concretar mis propósitos? ¿Qué necesito conservar y qué no? ¿Qué me impide soltar lo que ya no necesito para avanzar? Te invito a que elabores tus propias preguntas para que explores los terrenos que precises en este momento con la mirada puesta en lo que tiene que morir en nuestra vida para que renazcan nuevas oportunidades, nuevos ciclos de muerte-renacimiento.
Debido a que coincide con una velada tan brujil es idónea para realizar trabajos mágicos relacionados con otros planos, incluso, con seres etéricos, ya que esta noche las fronteras se abren en una gran maraña de energía que proporciona «visados a otros planos y estados de conciencia». También para reflexionar sobre nuestro trabajo de sombras, apuntar nuestros avances, bloqueos, anhelos… desde una mirada sin juicio, una mirada conciliadora y armoniosa.
Esta luz de luna es propicia para «cargar» nuestras herramientas mágicas de trabajo como piedras, runas, péndulos, tarots, varitas, velas… Además, coincide con el signo solar escorpio que incita a bucear en el misterio, en las profundidades de nuestra psique con espíritu apasionado.
Así que os deseo una linda cena en compañía de vuestrxs vivxs y vuestrxs muertxs. Que Hécate os susurre esta noche de celebración de los ancestros. Que os acompañe en la ceremonia para honrar la sabiduría y el legado de vuestros seres queridos que ya han trascendido, y han entrado en el camino.
Os comparto este bello himno Órfico de Porfirio:
“Invoco a Hécate, protectora de los caminos, en las encrucijadas, grata, celeste, terrenal, marina, de azafranado peplo, sepulcral, y que se agita delirante entre las almas de los muertos; hija de Perses, amante de la soledad, que disfruta con los ciervos, noctámbula, protectora de los perros, invencible soberana que devora animales salvajes, sin ceñidor en su cintura, y con una figura irresistible; que se mueve entre los toros, dueña guardiana de todo el universo; conductora, joven guerrera, nutridora de jóvenes, montaraz. En conclusión, suplico que asista la doncella a los sagrados misterios, mostrándose propicia al boyero de corazón siempre alegre” (Himno Órfico a Hécate). *Fuente del himno: «Entre la magia y los misterios: la cara oculta de Hécate» artículo de Mario Agudo Villanueva.
Os abrazo en luz y sombra y os deseo un profundo trabajo para romper con vuestros círculos viciosos, sean los que sean. Cualquier cosa comentad por aquí o por mis redes.
Y si te late, comparte. 🖤💫
Jade Sal
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